lunes, 28 de febrero de 2011

BIENVENIDOS MUNDO WORLD PERSONAS PEOPLE ETC.....


Buenos Días amigos, compañeros, estimados lectores, a partir del 1 de Marzo del 2011, va a empezar a funcionar este blog, que lleva por nombre: yibrilandmystic, y tiene como objetivo principal, dejar plasmadas aquellas anecdotas que nosotros consideremos interesantes en el transcurso de nuestras vidas, así que sin más preámbulos, el día de hoy les dejo este interesante artículo de El Silencio....


Valorando el silencio…



Silencio que gana tiempo, que ordena ideas, que busca fijar los pies sobre la tierra. Sólido silencio que precede a la batalla.


Al silencio le pasa lo mismo que la lentitud: se asocia a algo negativo, o aburrido, a costumbres que “no van” con los valores imperantes hoy en día. Exploro desde hace unos meses el movimiento de la Educación Lenta o, como me gusta más llamarla, “Del Tempo Giusto”. He leído “Elogio de la Lentitud” de Carl Honoré y también “Elogio de la Educación Lenta”, de Joan Domènech. He contactado con el grupo Educación Lenta de Facebook i "Slow Food" en Barcelona, he hablado de ello con maestros, parientes, amigos y conocidos Creo que si valoramos ese “tiempo justo” al educar, y al vivir, tendremos al silencio también en justa consideración.

Me he estado preguntando qué papel juega el silencio en la educación… Se estimula a los niños desde pequeños para que adquieran un lenguaje rico, por ejemplo, y hay poca instrucción de cómo educar en el silencio. Pero, ¿es necesario hacerlo? ¿Y qué es eso a lo que llamamos “silencio”?

Para mí…

• El silencio no es la ausencia absoluta de sonido. El silencio es algo activo.

• El silencio es el campo fértil de la creatividad, la paz, la tranquilidad, la fuerza interior.

• El silencio también comunica: elocuente silencio…

No soy amante de comparar ejemplos educativos de otros contextos para sacar conclusiones precipitadas, simplemente porque es difícil trasladarlos a nuestro propio ámbito teniendo en cuenta todas las variables. Pero solo a modo de hipótesis, podríamos preguntarnos acerca del tan careado ejemplo de Finlandia como país de excelencia educativa y su relación con el silencio: Se ha dicho que una de las causas de sus elevados estándares podría ser que el hostil clima septentrional invita a vivir “hacia adentro”, lo que favorece actividades que exigen calma, concentración y sosiego. Es decir, el silencio puede ser una buena base para un buen aprendizaje.

En nuestra latitud, los niños y niñas de entornos urbanos (y ruidosos), más que disfrutar de las bondades del clima al aire libre, muchas veces están ocupados en actividades “intramuros”: extraescolares, televisión, consolas, exceso de estímulos visuales… Ni que decir tiene que el silencio aquí tampoco tiene mucho espacio… Lo importante aquí es estar activos (y ocupados).

(Sólo como anécdota: el otro día en la farmacia la dependienta le preguntaba a una clienta por sus tres vástagos. Era una mujer joven y empujaba un carrito con su bebé. La dependienta se sorprendía de que tuviera tres hijos y siguiera aparentente tan bien su ritmo de vida. “¿Y cómo te las apañas con los tres?”, le preguntó. “¡Ah, a los otros dos los tengo ya “colocados” en hockey, baloncesto, inglés: extraescolares! ¡Si no, no podría!”. ) DEJO AQUÍ UN SILENCIO ELOCUENTE (….)


En la escuela, en general, se valora la acción pero hay poca rutina en la “no acción”: escucha atenta, meditación, relajación, reflexión…

Que podemos hacer como padres…

- Valorar si son necesarias realmente las extraescolares: me gustaría pensar que otra organización del tiempo es posible… (Teniendo uno, dos, tres hijos... o los que permita el tiempo, las ganas y el bolsillo.)

- Dedicar tardes a “no hacer nada”. Es decir, sin actividades programadas.

- Escuchar el viento, las hojas, en una visita al parque, a la montaña.

- Ser ejemplo de actitudes silenciosas y respetuosas, por qué no decirlo… (Apagar el móvil, blackberry, etc… cuando estemos con disfrutando de una velada con amigos, por ejemplo… )

Qué podemos hacer como educadores, en la escuela…

- Favorecer la escucha atenta, la reflexión, la relajación, la meditación. Promover actividades de educación emocional, integradas en la planificación general del centro, donde se trabaje estos aspectos.

- Utilizar un lenguaje positivo en relación a la lentitud al igual que con el silencio.

- Aprovechar la música para valorar la importancia de los silencios.

Estas son solo algunas sugerencias, surgidas de unos instantes de silencio reflexivo ;-) Se aceptan nuevas propuestas…

La cita que precede este post es de Yolanda Soler Mantilla, como parte de un artículo de su autoría aparecido en el diario digital El Gironés.

Fuente: http://immatorres.blogspot.com/2010/11/educar-en-el-silencio.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario