El viento, es la esencia divina
presente en una flama alquímica conocida como serpiente de viento, llamada así
por su serpenteo ascendente y descendente. A esta serpiente de viento los mayas
le dieron el nombre de Quetzalcóatl, que significa serpiente de plumas
preciosas y cuya flama alquímica es dual. La serpiente Quetzalcóatl representa
simbólicamente el nacimiento de un nuevo SER en la dualidad del UNO.
Quetzalcóatl es principio dual del UNO, en donde la serpiente simboliza al
elemento tierra y las plumas de la serpiente al aire.
Las plumas de Quetzalcóatl son el
resultado de la unión de muchas flamas pequeñas incorporadas a la flama
serpentina. Cada flama pequeña, representa al elemento aire y la flama Mayor,
representa al elemento tierra.
En el alfa y la omega la flama
serpentina termina su ciclo enraizada en el templo sagrado, donde se encuentra
el chacra raíz. Cada pluma de la serpiente es un poder guerrero, que
intensifica los poderes de la serpiente. En cada encarnación las plumas se
incorporan a la serpiente llevando la memoria de las vivencias guerreras.
Simbólicamente cada pluma es una espada de aire que tiene atributos guerreros.
Cada pluma que nace es una flama que eleva los niveles de consciencia, cada
pluma florece por gracia divina a través de la música de las esferas,
transformando a la serpiente en un ser de cualidades divinas inimaginables para
la mente humana. Cada pluma es una flama alquímica de amor y consciencia. En
las plumas de la serpiente se encuentra la memoria, la sabiduría ancestral del
guerrero de la luz.
Dentro de cada pluma hay una
octava superior que la formó, cada flama representa una virtud guerrera. La
serpiente de viento Quetzalcóatl, es una iniciación que tiene que ver con el
despertar del Real ser.
(Por
Kokul ‘al Quetzalcóatl)
Fuente de la Imagen: elgranidocosmico.blogspot.com